Hispano Alemán Mallorca: El Lotus Super Seven, a la española

El Garaje Hermético de Máximo Sant - Un pódcast de Máximo Sant

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Lo confieso, ¡tengo debilidad por este coche! Se trata de una réplica “Made in Spain” de Lotus Super Seven. Tiene una estética muy personal, motor Seat, unas prestaciones increíbles y un comportamiento deportivo solo apto para expertos… Pero, a pesar de todo, un “perfecto desconocido”…hasta hoy. Este coche era ¡y es aún hoy! una verdadera pasada, un coche endiabladamente rápido en buenas manos y al mismo tiempo un peligro si no eras un conductor experto, casi un piloto. Hablaremos de cómo iba y como había que conducirlo. Un coche sin duda interesante, pero es que su historia puede que lo sea todavía más. He dicho que se trata de un “perfecto desconocido” que es como llamamos a este formato en el que hablo de coches no muy conocidos, pero especialmente interesantes. Quizás no sea del todo cierto, porque seguro que muchos de los seguidores conocen este coche, pero seguro que solo los más mayorcitos… como yo. En su momento, hablamos del año 1974, los titulares de las revistas del motor decían: “Hispano-alemán, el sexto fabricante español” … ¿demasiado optimistas? Depende. Vamos a comenzar esta historia por el final por contar cómo era y como iba el Hispano Alemán Mallorca. La idea era buena, muy buena: Conseguir el permiso de Lotus para replicar el chasis tubular, vestirlo de una carrocería de fibra de vidrio y montarle elementos mecánicos de Seat, como el motor, cambio, frenos y parte de la suspensión. Todo, menos el diseño, cien por cien “Made in Spain” como exigía a ley. El chasis era casi una réplica exacta, aunque se aprovechaba el eje rígido que montaban los Seat 124 y 1430. Inicialmente se montó el motor del 1430, un cuatro cilindros de 1.438 cm3, árbol de levas lateral y carburador de dos cuerpos, que ofrecía 76 CV a 5.400 rpm. Seguro que te parecen pocos. Pero ya sabes la obsesión del señor Chapman por el peso y este Mallorca no deja de ser un Lotus y, por tanto, ligero… solo 600 kg. Son menos de 8 kg por CV, la misma relación peso potencia de un coche moderno de 1.600 kg que tenga 200 CV, ¿a que ya no te parecen tan pocos? El Mallorca era un coche rápido y eficaz… en buenas manos. En zonas lentas, había que estar pendiente del tren trasero motriz. En zonas rápidas la dura suspensión hacía que el comportamiento fuese errático. Y si la carretera era ondulada o bacheada, muy frecuente en esa época, a estos problemas se unía una total imprecisión en la trazada. Pero leo lo que se decía en la mejor prueba que se publicó de este coche y de la que al final hablaremos: “gracias a la rapidez de dirección, al poder de tracción o retención de que se dispone, el problema se soluciona con facilidad. Pero lo cierto es que, en conducción rápida, el Mallorca exige una concentración intensa y buena rapidez de reflejos”. Los que compraban este coche, que era muy, pero muy caro en la época, no lo hacía por sus prestaciones, o al menos no solo por sus prestaciones. Lo hacían para llamar la atención o como símbolo de riqueza, porque en el mercado español no había ningún coche tan llamativo como este, ni el Alpine y el Seat 124 Sport se le acercaban… Pero, ¿cómo nació el Mallorca? Tuve la inmensa fortuna de conocer a Ben Heiderich, y de charlar en diversas ocasiones con él. Fue piloto acrobático de aviación y antes de combate, piloto de coches, empresario, emprendedor, con una activa vida social… Ben conseguía cosas en esa España de los años 70 que parecían imposibles. Como fue la creación de una nueva marca de coches. Conseguir el permiso del estado para fabricar coches fue lo más difícil. Tampoco fue fácil cerrar un acuerdo con Lotus… y luego fue necesario convencer a Seat de que les vendiese la mecánica. Y ya lo que es la fabricación del chasis, carrocería y el montaje final, siendo muy difícil, al final resulto ser lo más sencillo. Y es que, como os he comentado varias veces a lo largo de este vídeo, en la España de 1974 no había un coche igual… ni parecido. Como no se podían importar coches, toda la oferta que había era de modelos fabricados en España y era una lista muy cortita. Y coches que podamos calificar de deportivos, descapotables o de “ocio” se contaban con los dedos de una mano. Authi ofrecía en Mini Cooper, con unas prestaciones muy alejadas del Cooper inglés. El español anunciaba, que no los daba, 68 CV, muy lejos del modelo inglés. Los Simca 1.200 S no pueden entrar en este grupo… y quizás el R8 TS, por escasa potencia, tampoco. Pero el Renault Alpine 1.300 sí. Y luego no hay que olvidar que Seat ofrecía sus 1430 y Seat 124 Sport con motor 1.600 biarbol en cabeza que, según versiones, daba algo menos o algo más de 100 CV. ¿Y no había descapotables? Pues sí, tras desaparecer el Seat 850 Spider nos quedaba el Citroën Mehari… un coche simpático, práctico, pero no tan llamativo con el Mallorca y, desde luego, si hablamos de prestaciones pues… mejor que no hablemos. El Hispano-Alemán Mallorca era distinto a todo…. Y mucho más caro. No me olvido que os he prometido contar el motivo, mejor dicho, uno de los motivos, de mi debilidad por este coche. La culpa la tiene el genial periodista y probador Arturo de Andrés. En 1974 publicó la mejor prueba de este coche que he leído. Pero no una vez, sino una y otra vez. Aún hoy, ¡casi 50 años después! Me acuerdo de párrafos de esa prueba, por ejemplo, de cuando hablaba de la película “La casa de la Palomas” en la que Ornella Muti, nada menos, aparecía en un Super Seven. Es una prueba que podéis encontrar en Internet y que, si os interesa el coche, es de lectura obligada… Yo me la acabo de leer de nuevo os diría que con el mismo interés de la primera vez. Y es que este coche es excepcional. ¡Y no me quiero olvidar de otro coche! Porque el Mallorca no es la única réplica del Lotus Super Seven “Made in Spain” porque con la marca “Garbí” y motores de moto mi buen amigo Julio Planas hizo muchas unidades que pude probar en la calle y en el circuito e iban de fábula… pero también eran difíciles de llevar como podéis apreciar en la foto tomada en el Jarama que os estará enseñando Rodrigo. Coche del día. El Bertone Freeclimber, una idea era magnifica: Se partía de la base de un buen TT, el Daihatsu Feroza o Rocky, según mercados, se le ponía un motor de BMW y se le daban acertados retoques internos y externos de la mano de Bertone.