El récord imbatido de Gilles Villeneuve
El Garaje Hermético de Máximo Sant - Un pódcast de Máximo Sant
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Sé que todos los que seguís este canal sabéis mucho de coches. Y os imagino pensando, “Máximo, te has confundido, Gilles Villeneuve no tiene ningún récord en la Fórmula1”: Pues sí y no. Os digo una cosa, ¿sabéis de algún otro piloto de F1 que con solo 4 temporadas y nada más que 6 victorias hay sido capaz de convertirse en un mito como Gilles? ¿Qué hace de Gilles Villeneuve un mito? ¿Su estilo espectacular? ¿Su ambición? ¿Su forma de vida exagerada dentro y fuera de la pista? ¿El amor paternal que Enzo Ferrari le profesaba? ¿Sus tensas relaciones con sus compañeros de equipo? ¿Su temprana muerte? ¿El hecho de que su hijo le “vengase” ganando un Mundial? Seguramente todo esto y mucho más, porque hay algo que es indudable: Gilles era un ser humano único. Canadá y la nieve. La familia Villeneuve no era muy adinerada, su padre era afinador de pianos y vivían cerca de Montreal. Para un joven canadiense que no era rico, pero sí amante de la velocidad y del motor había pocas salidas. Las más obvia, las carreras de motos de nieve. Y ahí comenzó todo, Gilles siempre lo dijo, rodar a 200 km/h sobre la nieve. Por fin saltó a los coches corriendo, primero corriendo con su propio coche, un Ford Mustang y luego en monoplazas de la F Ford, disputando el campeonato regional de Quebec. En 1976 y ya con un equipo serio, la Ecurie Canadá dominó la temporada al ganar todas las carreras excepto una y se llevó el título estadounidense y canadiense. Volvió a ganar el campeonato en 1977. Salto a la F1. En una carrera de la Fórmula Atlantic en el circuito de Trois-Rivières coincidió nada menos que con James Hunt. Y le venció. Y dejo impresionado a James, quien le recomendó a su patrón, Teddy Mayer, que probase a ese canadiense loco que iba muy rápido. McLaren ofreció a Villeneuve un tercer monoplaza durante la temporada 1977. El canadiense hizo su debut en el Gran Premio de Gran Bretaña, donde se clasificó noveno con el M23, mientras que Hunt y Jochen Mass conducían el nuevo M26. En la carrera marcó la quinta vuelta más rápida y finalizó undécimo después de haber sido retrasado dos vueltas por el indicador de temperatura defectuoso. Llega Ferrari. Vamos a dejar que esta historia nos la cuente su esposa, Joann Villeneuve: "Sonó el teléfono en casa, descolgué y dije, Gilles, es para ti, están llamando desde el extranjero. Gilles se puso al teléfono con cierta curiosidad y le preguntaron si le gustaría ir a Maranello hacer una prueba en la pista de Fiorano". En agosto de 1977 viajó a Italia para encontrarse con Enzo Ferrari quien de inmediato sintió algo especial por Gilles: “Cuando me presentaron a este pequeño y nervioso canadiense enseguida reconocí en él el físico de Nuvolari y me dije a mí mismo, démosle una oportunidad”. Ferrari nunca es fácil. La temporada 1978 fue muy complicado, con fallo de neumáticos, sobre todo del motor, del propio piloto y con la prensa italiana pidiendo la cabeza de Gilles...así son los italianos. Pero tras dejar Reutemann el equipo y llegar Jody Scheckter las cosas cambiaron, hasta el punto de que Gilles se inmiscuyó en la lucha por el Mundial. La temporada 1980 fue un desastre. Entre los dos pilotos sumaron 8 puntos. El motor atmosférico de 12 cilindros opuesto, que impedía el uso del efecto suelo, hizo del T5 uno de los peores Ferrari de la historia. ¡Hacía falta un turbo y efecto suelo! Y ambas cosas llegaron en 1981 con el 126C. Pero tampoco fue un buen coche. En el 1982 las cosas cambiaron y el 126C2 del recién fichado Harvey Postlethwaite era mucho mejor. Tanto que Villeneuve rechazó una oferta de McLaren. Y llegó el incidente de San Marino, cuando una escalada de la guerra FISA-FOCA hizo que los equipos de FOCA boicotearan la carrera, dejando a Renault como la única oposición seria de Ferrari. La escudería italiana parecía tener la victoria garantizada. Para ahorrar combustible y asegurarse de que los coches terminaran, Ferrari ordenó a ambos pilotos que redujeran la velocidad. Villeneuve creía que la orden también significaba que los pilotos debían mantener la posición, pero Pironi no opinaba lo mismo. En la última vuelta, Didier pasó y frenó justo delante de Gilles en el interior de la última curva y se llevó la victoria. 8 de mayo de 1982. Y así llegamos a Zolder. Nunca sabremos que Villeneuve, una décima detrás de Pironi, quería superarlo, incluso machacarlo o si simplemente fue un malentendido entre Jochen Mass y Gilles. Hay versiones para todos los gustos. Lo que sí es cierto es que Gilles chocó a más de 200 km/h con la trasera del McLaren y voló… Conclusión. Me parecía difícil acabar este video, Jody Scheckter, un grande de la F1, me lo ha puesto fácil. Solo voy a repetir, a ver si lo consigo sin emocionarme, las palabras que dijo en el funeral en Berthierville sobre su excompañero de equipo.