¿Cómo influye el peso en los coches?
El Garaje Hermético de Máximo Sant - Un pódcast de Máximo Sant
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Colin Chapman dijo: "Quítame un kilo antes de darme un caballo". Hoy… ¡no vamos a hablar de coches eléctricos!... ¿o sí? Bueno… un poco sí… Lo voy a aclarar: Hoy vamos a hablar de cómo influye el peso en los coches… siempre para mal… Hoy toca video “técnico”, de los que me gustan, de los que nos gustan… No, no vamos a hablar de eléctricos ¡ya está bien! Pero sí de algo que les afecta: El sobrepeso… ¡Pero no sólo a los eléctricos! Porque los coches actuales, ¡TODOS!, eléctricos, híbridos, térmicos, SUV, berlinas, deportivos, ¡TODOS! Están gordos… ¡hasta los F1! Aficionados y no aficionados, piensan que el peso influye en tres momentos: Al acelerar, al frenar y en la velocidad de paso por curva. ¿Pensáis también así? Pues, ¡os equivocáis! Cuando más influye el peso y afecta al agrado de conducción, cuando más resta eficacia, agilidad y seguridad es sobre todo en la fase de cambiar de recta a curva… o de una curva hacia un lado, a una curva hacia el lado contrario… En la aceleración influye una buena tracción, un buen escalonamiento del cambio, un buen embrague, pero lo más importante de todo, con diferencia, es la famosa relación peso/potencia, que se expresa en kg por CV, es decir, de cuantos kilos tiene que “tirar” cada caballo. Una relación por debajo de 8 kg/CV denota un coche razonablemente dinámico, pero no deportivo. Por ejemplo, una berlina de unos 1.600 kg con 200 CV anda por ahí. El entorno de los 6 kg/CV ya da fe de un coche ciertamente deportivo… sería el caso de mi Mazda MX5 de 184 CV, pero solo 1.100 kg. Hicimos una prueba del BMW M8 Competition, de dos toneladas… pero 625 CV, con lo cual la relación peso/potencia es de solo 3,2 kg/CV. ¿Cuál es la conclusión de todo esto? Vamos con la frenada, donde pasa algo parecido… pero solo parecido. ¿Por qué? Porque una cosa es una, y solo una, buena frenada y otra distinta, buenos frenos. Tener una buena frenada en caso de emergencia es relativamente sencillo: Unos discos de tamaño razonable, lo mismo con las pinzas, asistencia exagerada y ABS… Pero si haces una conducción deportiva o dinámica, con frenadas duras y frecuentes, bajas un puerto a plena carga o entras a rodar en un circuito: Ahí, si el coche es pesado, necesitas frenos enormes, a ser posible cerámicos porque si no, al cabo de pocos kilómetros o muy pocas vueltas… ¡te quedarás sin frenos! ¿Qué pasa cuando llueve? Solo os digo una cosa, si tengo que rodar por una carretera de curvas en mojado, ¡mejor un coche ligero! En mojado, con menos adherencia, los apoyos son menos fuertes y por tanto las suspensiones y los amortiguadores trabajan menos… y unas ruedas anchas pueden ser incluso contraproducentes. De recta a curva o contracurva. Recuerdo que estábamos haciendo unas pruebas con berlinas deportivas y entre ellas teníamos un espectacular BMW M5 E39 con motor V8 de 5 litros y 400 CV y unos buenos 1.720 Kg, casi ligero para lo que hoy se lleva. Estábamos haciendo un recorrido en un circuito de pruebas cerrado, que incluía frenadas fuertes, una curva muy rápida, dos curvas muy cerradas y una zona larga de eslalon entre conos. Por causalidad teníamos un “simple”, en comparación, Renault Clio 16v, un coche de 137 CV y alrededor de 1.000 kg. Y se me ocurrió que, para tener una referencia, iba a hacer el recorrido también con el Clio… ¿Y que ocurrió? No es que hiciese mejor tiempo con el Clio, es que lo arrasó. Ya hicimos un vídeo titulado “Los coches eléctricos. ¿Peligrosos?” que reflexionábamos sobre el tema del peso y la seguridad. Porque en los EE.UU. de Norteamérica ya han saltado las alarmas. Lo que estudia hacer Noruega, que los coches paguen impuestos en función de su peso, de todo lo que he oído, es la medida que me parece más inteligente… y que acabaría, creo yo, con los coches “gordos”. Conclusión: Recuerdo en los años 80, 90 y primeros 2000 que en todas las presentaciones las marcas presumían de que su nuevo modelo era más ligero que el anterior. Por ejemplo, recuerdo la presentación en el salón de Frankfurt de 1993 del Audi A8 con chasis y paneles de carrocería enteramente en aluminio y que suponía una reducción de peso de… atentos… ¡hasta el 40 por ciento! En el chasis y hasta el 20 por ciento en el total del coche… Y ahora, cada día, los coches pesan más y más… una tendencia que debería parar. Porque, como dijo Colin Chapman hace como unos 65 años: "Quítame un kilo antes de darme un caballo". Coche del día. Por supuesto, porque el Lotus Seven de 1957 consiguió crear escuela y era un coche asequible, muy deportivo, muy eficaz y extremadamente divertido de conducir… Podemos decir que fue el coche que introdujo el concepto: “Ultralightweight” en los deportivos aptos para circular por vía pública.