Coches de Fórmula 1. ¡Hechos en casa!

El Garaje Hermético de Máximo Sant - Un pódcast de Máximo Sant

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Hoy vemos la #F1 como lo máximo en tecnología… y es cierto. Pero no siempre ha sido así. Hay quien ha tenido el valor de hacerse un F1 en el garaje de su casa o en su propio taller. En ocasiones pilotos que, para subirse a un F1, no les quedaba otra que hacerse su propio coche… y algunos de ellos… ¡incluso iban bien! Construir un F1 hoy. Hoy día fabricar un F1 con ciertas garantías implica muchos medios, muchos conocimientos y, por tanto, mucho dinero. Un monoplaza actual tiene unas 15.000 piezas distintas que hay que diseñar y fabricar con todo detalle y con unos niveles de calidad impresionantes. Se diseñan por ordenador, se prueban en el túnel del viento, se hacen simulaciones y más del 80 por ciento de sus piezas están fabricadas en materiales compuestos, mayoritariamente fibra de carbono. ¿El precio? Pues, por reglamento 125 millones de euros por temporada. Pero, para que te hagas una idea un chasis puede costar 1 millón de euros y un alerón más de 300.000 euros… La era “Cosworth”. En realidad habría que decir la era “Cosworth”, la era “Hewland”, la era “ZF”, la era “Koni” o la era “AP o Lockeed”… Porque hubo unas décadas en la F1 en que los coches de F1 eran muy artesanales y los equipos básicamente hacían un chasis y una carrocería y para todo lo demás iban al súper… Lyncar F1 (1971) Este será el coche más conocido del que vamos a hablar hoy, porque con un Lyncar debutó Emilio de Villota en la F1… es una historia que me contó de primera mano Emilio. Slater no era nuevo en esto. Para poder correr en la F-Junior se construyó él mismo los monoplazas. En 1971 dio un paso más y fabricó un F-Atlantic al que llamaría Lyncar 001… Hasta que se encuentran el Lyncar y Emilio de Villota… Con los colores de Iberia Airlines F1 este binomio participó en el campeonato británico venciendo en Mallory Park en 1977 tras un adelantamiento espectacular de Emilio en la última vuelta… LDS (1962) La F1 tiene una enorme tradición en el Reino Unido… y en sus colonias. ¿Sabías que existió un Campeonato Sudafricano de F1 en los años 60? Las parrillas estaban nutridas de viejos y anticuados F1, algún F2 no mucho más moderno y poco más. Así que Louis Douglas Serrurier decidió hacer sus propios coches a los que puso el nombre de las iniciales de su nombre… LDS… Pero claro, una cosa era construir un F1 y otra, aún más difícil, diseñarlo. Así que LDS no se anduvo por las ramas y “fusiló” primero a los Cooper, para sus LDS Mk1 y Mk2 y luego al Brabham BT11. Khadi 08 (1967) Pero también hubo un campeonato de F1 en Rusia y zona de influencia… Vladimir Kapsheev, fue el padre de este modelo que tenía un chasis tubular, un peculiar morro y unas novedosas suspensiones independientes neumáticas y llantas de aluminio. Se uso un motor GAZ-21 de 3.2 litros de cuatro cilindros que daba 160 caballos… sin comentarios. Kauhsen WK (1979) El piloto alemán Willibert Kauhsen es uno de esos casos que os decía: Si quería conducir un F1 solo tenía una opción. Fabricárselo él mismo. Primero construyo un Fórmula 2, más tarde decidió evolucionarlo a F1, con un optimismo absoluto, pues ni tenía ni los recursos ni los conocimientos necesarios para ello. Y se inspiró nada más y nada menos que en el Lotus 79…. El Kauhsen WK se inscribió en los GP de España y de Bélgica de 1979, pero su Gianfranco Brancatelli no se clasificó para la salida en ninguno de ellos. Participó en una carrera de la Fórmula Aurora, donde tuvo que abandonar por problemas mecánicos. Darnwall Connew (1972) Os decía que dejaba para el final la mejor historia. Y es que la pasión y el tesón mueve montañas. Y desde luego a Peter Connew no le faltaban. Con 24 años pidió permiso a su jefe para ir a ver el G.P. de Italia de F1 y su jefe no se le dio… así que se despidió de su trabajo y se fue a ver la carrera. Y se enamoró de la F1 y de su tecnología. Dejar tu trabajo para ir a ver una carrera de F1 ya tiene tela. Pero, sin tener ni idea de F1, ni te tecnología ni de aerodinámica y sin dinero, pretender hacer y competir con un F1 no es una locura, es misión imposible… pero no para Peter. El coche, se construyó en el garaje de Connew en Chadwell Heath con ayuda de voluntarios y con gran parte de material regalado. El piloto, François Migault, no era malo ni mucho menos, consiguieron algo de dinero de Shell y el coche no iba mal. Pero cuando no se rompía una cosa, se rompía otra. Después de mil vicisitudes y con algo de fortuna, se clasificaron para salir los últimos en el G.P. de Austria de 1972. Conclusión. Hoy día hacerte un monoplaza de F1 en tu casa es un verdadero chiste. Pero hubo un tiempo, en la era “Cosworth” en esa era Kit-Car en que si tenías conocimientos y unos recursos económicos nada disparatados, era posible. Ese listado de coches modestos, pero competitivos, merece otro video, ¿no os parece?