24 Horas de Le Mans: ¿La mejor carrera de coches?

El Garaje Hermético de Máximo Sant - Un pódcast de Máximo Sant

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¡Las 24 horas de Le Mans cumple 100 años! Y es la mejor carrera del mundo, la más épica, la más espectacular. Ni F1 ni las 500 millas de Indianápolis, ni el rallye de Montecarlo ni el Paris-Dakar le hacen sombra … ¿Qué no lo crees? Te lo vamos a explicar y, sobre todo, te lo vamos a demostrar. Porque Le Mans no es una carrera… es mucho más que eso… Hay carreras para todos los gustos, pero también las hay al gusto de todos. Son carreras que nunca defraudan, porque tan importante como si la prueba es competida o no, es el ambiente… un ambiente único y especial que importa poco si ese año la carrera es más o menos interesante. La mejor de todas ellas es -son- las 24 horas de Le Mans. Por algo siempre se ha llamado a las 24 horas de Le Mans “La course plus grande du Monde”. Y hoy vamos a explicar por qué. Me imagino que, en este momento, muchos estaréis diciendo: “donde esté el G.P. de Mónaco de Fórmula 1…” o “donde estén las 500 Millas de Indianápolis…”. Conozco bien estás y otras carreras, no todas en directo… pero Le Mans sigue siendo diferente. Por encima de todo que es mucho más que una carrera, es un Gran Evento Mundial con mayúsculas, probablemente el mayor evento mundial del Mundo del Motorsport. Es como una gran romería que practica el culto a los coches de competición. Con deciros que acuden miles de espectadores que ni se enteran de qué va la carrera ni de quién gana, porque además de las 24 horas hay muchas otras cosas de interés… Las más de 300.000 personas que acuden cada año dedican casi una semana a Le Mans, una semana que comienza el domingo anterior con la jornada de test, sigue con las verificaciones, los entrenamientos, los desfiles, la Hyperpole, las carreras complementarias y, finalmente, con las 24 horas de sábado a domingo. Pero es que como os decía, ¡hay mucho más!, hay concentraciones de clubs clásicos, exposiciones, un verdadero parque de atracciones, visitas al “viejo Le Mans” y alrededores, caminatas por el enorme circuito, un paddock lleno de tiendas y restaurantes… y, como no, cerveza, mucha cerveza. Afortunadamente, hay un gran porcentaje de espectadores que llegan procedentes de todos los rincones del mundo que sí siguen la carrera y aguantan a pie derecho las inclemencias del tiempo, de día y de noche. No es la más antigua, a pesar de sus 100 años. Entre las “grandes clásicas” la más veterana es Indianápolis, que nació en 1911. Pero no podemos olvidar que en Le Mans se disputó el primer Grand Prix de Francia en 1906, en un primer trazado sobre carreteras públicas. El circuito cerrado de más de 17 Km aprovechaba calles y carreteras como la Nacional que va a Tours, la llamada recta des Hunaudières, y el tramo entre Mulsanne, Arnage y las curvas Porsche. Y a día de hoy, ¡sigue siendo así! Eso no lo tiene ningún otro circuito del mundo. Actualmente el circuito de La Sarthe de Le Mans es mucho más sinuoso para reducir las velocidades de los coches. Ahora mide 13,626 Km, que los modernos Hypercar recorren en cerca de 3’25”. Recordemos que los Grandes Premios de Fórmula 1 apenas duran dos horas y son coches diseñados para circuitos más cortos. Pero el circuito urbano impide el mismo despliegue de aficionados y de actividades que en las 24 horas, que dispone de un espacio enorme. Es curioso, pero Le Mans puede jactarse de ser una prueba que ha propiciado el desarrollo de nuevas tecnologías: carrocerías aerodinámicas desde 1925 y alerones desde 1967; faros de larga distancia desde 1926, que llegaron a los de laser en 2011, pasando por los de iodo en 1962; neumáticos radiales desde 1951; frenos de disco desde 1953; motores de turbina desde 1963, rotativos desde 1970, turbo desde 1974, híbridos desde 1988, diésel desde 2006… Y es la carrera en la que más marcas han participado. Las marcas que han jalonado la historia de las 24 horas de Le Mans son muchas más que en otras especialidades automovilísticas. Globalmente hablando, las 24 horas de Le Mans son “LA CARRERA”, con mayúsculas y entre comillas, que ningún aficionado debe perderse. Hay pocos eventos deportivos en el mundo con una plasticidad como Le Mans: Se puede estar de fiesta con los amigos y, con sólo superar un talud, transportarse a una carrera con frenos y turbos al rojo, sonidos increíbles, juegos de luces y colores, altas velocidades, competición extrema… Coche del día. Lo tengo claro clarísimo: El Bentley Mulsanne Turbo R fabricado entre 1987 y 1991. ¿El motivo? Podría ser por la marca, de gran tradición en Le Mans. Podría ser por el modelo, que hace referencias a una de las partes del trazado de Le Mans.