10 Secretos del Ford GT40 que no sabías
El Garaje Hermético de Máximo Sant - Un pódcast de Máximo Sant
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Hemos hecho varios podcast en los que hablamos de la apasionante historia de un coche extraordinario: El Ford GT40. Pero sí crees que lo hemos contado todo… es que no conoces la revista CEROaCIEN. Tras leer el extenso artículo dedicado al GT40 me pareció que este video era, sencillamente, IMPRESCINDIBLE. Además hay “Bonus-track” y sorpresa en el “Coche del día”. Confieso que me he divertido elaborando este guion como pocas veces lo hago. Y confieso que me ha costado quedarme en 10+1 curiosidades de este coche, algunas de las cuales, estoy seguro, te van a sorprender. Me gustan tanto que las tengo enmarcadas a la entrada de mi casa. Aunque tengo un problema: O amplio o cambio una, porque el Ford GT40 número 1 de esta entrega es bonito a rabiar… ya lo estáis viendo. Ford vs. Ferrari. Esta historia ya la conocéis y si no hay varios vídeos nuestros que la cuenta y tenéis la película “Contra lo imposible”, muy recomendable. Pero, por si hay “rezagados”, la voy a recordar en breve. Ford quería hacer coches deportivos pero vieron lo que tenían y pensaron que era mejor comprar una marca que ya hiciese coches deportivos que diseñarlos ellos mismos. Ferrari atravesaba un delicado momento económico y las piezas parecían encajar: Enzo se mostró interesado y comenzaron unas negociaciones que avanzaron rápido, porque todos sabemos que a Ferrari lo que le gustaban eran las carreras… bueno, más bien ganar carreras. Fue por esto que ahora lo contaremos, por lo que el acuerdo no se cerró. Y lo que pasó en esas negociaciones enfureció a Henry Ford II, nieto de Ford, que clamó venganza: Vencer a Ferrari en “su” casa, que eran las 24 horas de Le Mans. Desde 1960 Ferrari ganó 6 veces consecutivas Le Mans…y Ford quería acabar con esto… y lo consiguió. Esta historia la conoces, pero a ver si conoces lo que te vamos a contar. 1. Edsel, la semilla de GT40. El hijo de Henry Ford, del primigenio, se llamaba Edsel. Y “papá” más o menos dejó que su hijo diseñase un coche. Es una licencia narrativa, no fue exactamente así, pero el Edsel era una especie de homenaje a su hijo… y fue un rotundo fracaso. ¿Era o porque el coche era malo? La verdad, sí, pero no solo eso. En 1962 la economía de los EE.UU. de Norteamérica iba viento en popa. Los hijos del llamado “Baby Boom” fruto del fin de la Segunda Guerra Mundial eran mayorcitos y tenían dinero. Por primera vez era más importante el público joven que apreciaba el dinamismo, la deportividad y el rendimiento de los coches, que el público madura, que buscaba comodidad y fiabilidad, las dos virtudes claves de Ford. Y para salir de esta crisis decidieron que Ford necesitaba modelos deportivos… fruto de esta decisión nace primero el Ford Mustang y luego el GT40. 2. “No puedes compararte con tu abuelo”. Cuando Enzo Ferrari se dio cuenta de que Ford quería contralarlo todo, incluidas las carreras, se enfureció. Dijo que jamás vendería se empresa a una marca que “hace coches tan feos en una fábrica tan fea”. Y como colofón le envió un “mensajito” a Henry Ford II: “No puedes compararte con tu abuelo”. En ese momento un tema empresarial pasó a ser un tema personal. 3. Lola, la base. La marca Lola, de pequeño me encantaba porque me hacía gracia que una marca americana se llamase como la cantante más popular de España en esa época, Lola Flores (¡pon foto!). Pero Eric Broadley era bueno haciendo coches de carreras y diseñó el MK6, un diseño brillante, con potencial, pero en un equipo sin recursos. Ford tenía el problema opuesto: Tenía recursos, pero no tenía un buen diseño. Así que Ford se hizo cargo de este modelo, que acabó siendo la base del GT40. 4. ¡Con aire acondicionado! No olvidemos que el objetivo eran las 24 Horas de Le Mans. Y el cansancio del piloto podía influir mucho. Lo cierto es que el Lola era bueno como coche de carreras y muy bueno como sauna… ¡Era un horno! Y ¿Cómo lo solucionarlo? Pues con unas tomas de aire que desde el frontal del coche llevaba aire a los asientos, un aire que salía por los agujeros de la tapicería… muy ingenioso. Pero no fue la única idea ingeniosa… 5. Asiento fijo. Para reforzar el chasis decidieron que los asientos fueran fijos y formasen parte del chasis… . Y seguro que alguien dijo: “bien, buena idea, chicos, pero ¿y si un piloto es más bajito que otro? Pues en vez de mover el asiento, se movían los pedales y el volante adelante y hacia atrás. Otra idea ingeniosa. 6. Sin pruebas previas. La aventura de fabricar el GT40 arranca en 1963 y el 1 de abril de 1964 se acaba el primer prototipo. Diez días después el segundo. Y sin test previos de ningún tipo, porque había prisas, decidieron irse a Le Mans. ¿El resultado? Un accidente a 240 km/h en la recta de la Mulsanne y otro accidente menos grave. No hicieron caso de lo que decía mi madre “vísteme despacio que tengo prisa”. 7. Siete de siete. Tras revisar el coche de arriba abajo, decidieron volver a la acción en 1964 cuando el coche se mostró rápido… y muy frágil. Participaron con al menos dos coches en 7 carreras y rompieron… en las 7 carreras… El señor Henry Ford II se impacientaba. Por eso recurrieron a Carrol Shelby. 8. GT 40 descapotable. Descapotable… y diseño McLaren. Uno de los problemas del GT40 era su peso. El coche se diseñó desde el principio para ser robusto y fiable y en esa línea el chasis de tubos de acero estaba reforzado con planchas de acero. Todo muy rígido… y muy pesado. Howden Ganley, ingeniero de McLaren, desarrolló un chasis de aluminio que aligeraba considerablemente el peso del coche. Para decepción de McLaren este modelo sin techo fue entregado a “Shelby American” que condenó al modelo a coche de pruebas. 9. Comité Le Mans. Este es muy americano: Si quieres hacer algo en una empresa americana, lo primero es que hagas un comité. Y eso es lo que hizo Ford, crear el “Comité Le Mans” con representantes de todas las divisiones de Ford involucradas, desde “motor y fundición” a “Estilismo e ingeniería” sin olvidar “Piezas Generales” o “Motorsport”. A este comité se incorporó, como no podía ser de otra manera, a Shelby American y el equipo NASCAR de Ford, “Holman & Moody”. 10. Lamentable montaje. Esto que os voy a contar reconozco que no lo sabía. Cuando los Ford GT40 llegaron a las instalaciones de “Shelby American” los probaron y les pareció que iban horriblemente mal. El propio Ken Milles, el “prota” de la “peli” Contra lo imposible, estaba sorprendido: No entendía porque un diseño que parecía bueno iba tan mal.