Capbuit y sus tarjetas de memoria

El café del fotógrafo - Un pódcast de José Barceló

Volvemos con unas historias de Capbuit, hoy tengo una historia que contaros sobre algo que le ocurrió a Capbuit con las tarjetas de memoria y por supuesto, la conclusión y aprendizaje que sacó Capbuit de su historieta. https://youtu.be/rzlrmcxiPbc Por aprovechar cualquier momento para hacer fotos Normalmente Capbuit suele tener varias fotos de paisaje planificadas en distintos lugares y con distintas condiciones meteorológicas para así poder aprovechar cualquier rato libre que le quede algún día para coger coche y salir disparado hacia el lugar elegido ese día. Así que un día cualquiera vio que le quedaba un hueco al atardecer y decidió irse a una zona de costa en plena montaña para hacer algunas fotos durante la puesta de sol. Era pleno invierno, así que atardecía pronto, después de comer se dio cuenta que tenía muy poco margen de tiempo para llegar hasta ahí. Tenía unos 45 minutos de coche, pero la parte buena era que iba a dejar el coche a no más de cinco minutos del lugar elegido para las fotos. Así que sin prisas pero sin pausa metió la mochila en el maletero y se puso en marcha. 10 minutos de autopista y algo más de media hora de carretera de montaña, los últimos 15 minutos de curvas y más curvas cerradas por la montaña para bajar a la costa. Pero al fin llegó al mar y mochila a la espalda fue andando tranquilamente hasta el lugar elegido mientras iba bajando el sol. Llegó, sacó todo el material fotográfico que necesitaba, situó el trípode, la cámara y esperó un poco. El cielo se estaba poniendo espectacular, el mar estaba en calma y había algunas nubes que estaban poniéndose super coloridas. El sol seguía bajando y dándole más y más color al cielo, que junto al mar en calma estaba dando lugar a un paisaje extraordinario. Así que había llegado el momento, Capbuit se levantó, colocó el portafiltros con un filtro degradado de densidad neutra, hizo algunos ajustes en la cámara y con el mando disparador hizo una primera foto. Al verla en la pantalla LCD de la cámara, quedó tan maravillado como extrañado. No entendía nada, le había quedado una maravilla de foto en el primer disparo, pero justo en la esquina superior aparecía un mensaje en rojo con cuatro letras, D, E, M, O... Tardó unos segundos en reaccionar. Pero en cuanto se dio cuenta de lo que ocurría... Mierda, se estaba poniendo el sol y no había metido tarjeta en la cámara! Cooooorree hacia la mochila... pero... qué estaba pasando? No encontraba la tarjeta de memoria por ningún sitio! Justo en ese momento le vino a la mente la imagen de una tarjeta de memoria sobre el escritorio y la otra a su lado metida en el lector de tarjetas. Aún así en un intento absurdo de falsas esperanzas, volvió a disparar otra foto. Volvió a aparecer una fantástica imagen y el aviso de que era una imagen de demostración, de DEMO. Pensó por un momento que igual las fotos se quedaban guardadas en alguna especie de memoria interna de la cámara. Aunque sólo pudiese guardar 3 o 4 fotos, algo podría hacer, podría revisarlo en pantalla y borrar las que no quisiese. Por lo menos volvería a casa con 3 o 4 fotos de ese fantástico at...