Así funcionan las minorías que 'mandan' en las democracias: "La clave es concentrar beneficios y diluir los costes"
Economía para quedarte sin amigos - Un pódcast de esRadio - Sabados

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Eduardo Fernández Luiña visita Economía Para Quedarte Sin Amigos, para analizar el éxito político de los grupos de presión bien cohesionados. La democracia siempre se ha vendido como el reino de las mayorías. Y esto, en primer lugar, es muy peligroso. Numerosos autores han alertado sobre el peligro de que acabemos glorificando una especie de tiranía del 51%, por la que aquellos que ganan unas elecciones (bien porque son más, porque movilizan mejor a su electorado o por la ley electoral) pueden acabar haciendo (casi) lo que quieran sobre los vencidos. Ése no era el sistema que tenían en la cabeza aquellos que comenzaron a hablar de gobierno democrático y de derechos fundamentales, una formulación que tenía como objetivo, sobre todo, la protección de las minorías. Dicho esto, que manden las mayorías al menos tiene esa lógica: son más. Porque en las últimas décadas estamos asistiendo a un fenómeno que también fue apuntado por decenas de autores. Nos referimos a la tiranía de las minorías bien organizadas, que se imponen sobre las mayorías, a las que arrebatan derechos (especialmente sirviéndose del sistema tributario) simplemente porque están mejor organizados que aquellos. Son los famosos grupos de presión de los que hablan los politólogos: pequeños colectivos, con un objetivo claro (casi siempre, una renta), muy bien organizados y con una narrativa clara... que pasan a controlar las instituciones a costa de una mayoría desorganizada y poco cohesionada, que muchas veces no es plenamente consciente de que está pagando la fiesta. Ahora que quedan apenas un par de semanas para las elecciones del 23-J, es un buen momento para analizar esta peligrosa deriva de nuestros sistemas. Y nadie mejor que Eduardo Fernández Luiña, doctor en Ciencia Política y profesor de la Universidad Francisco Marroquín de Madrid, experto en el análisis de la calidad democrática y las políticas públicas. Con él hablaremos de cómo unos pocos, pero que saben lo que quieren, controlan unas instituciones que se suponía que estaban diseñadas para garantizar lo contrario: que no hubiera privilegios, que las leyes fueran iguales para todos, que nadie se viera obligado a financiar programas en contra de sus ideales... Pues bien, todo esto está en peligro y Fernández Luiña nos explicará por qué y cómo intentar detener y revertir esa tendencia. Estos son los anteriores capítulos de Economía Para Quedarte Sin Amigos dedicados a este tema: Por qué votamos como votamos: de los programas a las urnas De Trump a Sánchez: por qué los demás votan mal y tú no Leyes electorales y resultados en las urnas: una mirada diferente a las encuestas Las lecciones económicas y políticas de la Ley Seca