La pulga azar y la oruga Ana

Cuentos para bebés y Niños - Un pódcast de Jhon Mayer - Lunes

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la pulga Azar y la oruga Ana: La pulga Azar era una aventurera que le gustaba saltar de un sitio a otro sin rumbo fijo. Le encantaba la sensación de libertad y de sorpresa que le daba cada salto. Nunca sabía dónde iba a caer ni qué iba a encontrar. A veces caía en un perro, otras en un gato, otras en un pájaro, otras en una flor. Cada vez conocía un animal o una planta diferente y aprendía algo nuevo. Un día, Azar saltó tan alto que llegó a una rama de un árbol. Allí se encontró con una oruga verde y gordita que estaba comiendo una hoja. Era Ana, una oruga tranquila y trabajadora que se pasaba el día masticando. Ana tenía un sueño: convertirse en una mariposa y volar por el cielo. - ¡Hola! - dijo Azar - ¿Qué haces aquí? - Hola, soy Ana, una oruga que come hojas. Estoy preparándome para mi metamorfosis. ¿Y tú quién eres? - Yo soy Azar, una pulga que salta por el mundo. Me gusta ver cosas nuevas y vivir aventuras. ¿Quieres que te lleve conmigo? - No, gracias - dijo Ana - Yo estoy bien aquí. Me gusta mi hoja y mi rama. No quiero ir a ningún otro sitio. - Vamos, no seas aburrida - dijo Azar - Hay tantas cosas que ver y hacer. No te quedes en tu zona de confort. Atrévete a saltar conmigo. - No, no quiero - dijo Ana - Tú eres una pulga y puedes saltar donde quieras. Yo soy una oruga y tengo que comer para transformarme. Ese es mi destino y mi ilusión.JOSÉ PARDAL Así empezó una extraña amistad entre las dos. Azar le contaba a Ana sus saltos y sus descubrimientos, le hablaba de los animales y las plantas que había conocido, y le animaba a salir de su rama y explorar el mundo. Ana le escuchaba con curiosidad y admiración, pero también con miedo y duda. Le gustaban las historias de Azar, pero no se atrevía a seguirla. Un día, Ana le dijo a Azar: - Azar, tengo que decirte algo. Ha llegado el momento de mi metamorfosis. Voy a hacerme un capullo y dentro de él me voy a convertir en una mariposa. No sé cuánto tiempo tardaré ni cómo seré cuando salga. Pero estoy segura de que podré volar y ver el mundo desde otra perspectiva. - Oh, Ana - dijo Azar con alegría - ¡Qué bien! Te felicito por tu cambio. Estoy segura de que serás una mariposa preciosa y valiente. ¿Me prometes que cuando salgas del capullo vendrás a buscarme y saltaremos juntas? - Claro que sí, Azar - dijo Ana con emoción - Te lo prometo. Eres mi mejor amiga y me has inspirado mucho con tus saltos. Quiero ver el mundo contigo y vivir aventuras. Las dos se abrazaron con cariño y se desearon suerte. Ana se hizo un capullo alrededor de su cuerpo y se quedó quieta dentro de él. Azar siguió saltando por el árbol y por otros lugares, pero siempre volvía a visitar a su amiga. Pasaron los días y las semanas hasta que un día el capullo se abrió y de él salió una mariposa de colores brillantes. Era Ana, que había completado su metamorfosis. Se sintió feliz y orgullosa de su nueva forma. - ¡Hola! - dijo Azar al verla - ¡Qué bonita eres! ¿Cómo te sientes? - Hola, Azar - dijo Ana al reconocerla - ¡Qué alegría verte! Me siento genial. Tengo alas y puedo volar. Es una sensación maravillosa. - Me alegro mucho por ti, Ana - dijo Azar - Ahora sí que podemos saltar juntas. - Me alegro mucho por ti, Ana - dijo Azar - Ahora sí que podemos saltar juntas por el mundo. ¿Estás lista para la aventura? - Sí, estoy lista - dijo Ana - Pero antes quiero darte las gracias por ser mi amiga y por apoyarme en mi metamorfosis. Sin ti no lo habría logrado. - No hay de qué, Ana - dijo Azar - Tú también me has ayudado mucho con tu paciencia y tu sabiduría. Sin ti no habría aprendido tanto. - Entonces, ¿vamos? - dijo Ana. - Vamos - dijo Azar. Y así las dos amigas se lanzaron al aire y volaron felices por el cielo. Saltaron de flor en flor, de árbol en árbol, de nube en nube. Vieron paisajes hermosos y conocieron a otros animales y plantas. Vivieron muchas experiencias y compartieron sus sentimientos. Se divirtieron y se cuidaron la una a la otra. Y fueron muy felices. FIN