Ramsés II, el defensor de un gran imperio. Myriam Seco Álvarez
Conferencias - Un pódcast de Fundación Juan March

Categorías:
Ciclos de conferencias: Creadores de imperios (I). Ramsés II, el defensor de un gran imperio. Myriam Seco Álvarez. Para entender la situación política de la época del gran faraón Ramsés II hay que retroceder a tiempos de la afamada reina Hatshepsut quien, tras veintidós años en el poder, desaparecería de la historia. A continuación sería el faraón Tutmosis III, conocido como el "Napoleón egipcio", quien ascendería al poder en el marco de una situación internacional tensa. Según un gran texto propagandístico situado en las paredes del templo de Amón de Karnak, un amenazante ejército asiático, dirigido por el gobernante de Qadesh y probablemente auspiciado por la potente monarquía mitannia, se acantonó en la estratégica ciudad de Meguido. Ante semejante amenaza, el faraón reunió a sus hombres y marchó contra un enemigo que sería sorprendido y derrotado. Después de aquella victoriosa campaña habría operaciones militares que convertirían a Egipto en un imperio que iba desde Siria central al norte de Sudán. Los sucesores de Tutmosis III defendieron su legado, mediante guerra y diplomacia, hasta que en tiempos de Akhenatón, la administración faraónica perdería la provincia asiática de Amurru frente a los hititas. Tras una fase poco conocida en el ámbito de las relaciones exteriores, Seti I restauró el prestigio internacional de Egipto venciendo a los anatólicos y restaurando límites territoriales. Ramsés II defendió el gran imperio frente a los hititas. Célebre es la batalla de Qadesh, en la que ambos ejércitos combatieron por el control del sur de Siria, e interesante es la acción sobre la ciudad de Dappur acaecida unos años más tarde. Sin embargo, aquella guerra de desgaste era perjudicial para las dos potencias, puesto que los hititas empezaban a sufrir la presión asiria sobre su frontera oriental y los egipcios tenían problemas con tribus libias en sus límites occidentales. Tal vez aquella panorámica geopolítica facilitó la firma del famoso Tratado de Paz y Amistad, cuyas cláusulas se conservan prácticamente enteras. La concordia entre ambos contendientes facilitó el desplazamiento de recursos militares a la costa libia y el delta occidental con el fin de crear un sistema defensivo eficaz frente a potenciales invasores. Una cadena de fortificaciones, entre las que destaca la de Zawiet Umm el-Rakham, serviría inicialmente para contener a posibles enemigos. Ramsés no olvidaría Nubia y ordenó la construcción de una serie de templos para reafirmar el poder faraónico sobre aquellos territorios meridionales. En aquellos tiempos, Egipto disfrutó y alcanzó su máxima visibilidad. Tras su gobierno se produciría un progresivo declive. Explore en www.march.es/conferencias/anteriores el archivo completo de Conferencias en la Fundación Juan March: casi 3.000 conferencias, disponibles en audio, impartidas desde 1975.