La conquista de Jerusalén y Masada: Roma aplasta a Judea. Fernando Quesada Sanz

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Ciclos de conferencias: Batallas de Roma: de Julio César al fin del Imperio (IV). La conquista de Jerusalén y Masada: Roma aplasta a Judea. Fernando Quesada Sanz. La franja costera de Judea y Samaria era en la antigüedad un estratégico punto de paso entre las ricas regiones de Egipto y Siria. El control de su zona interior, hacia Jerusalén, el Jordán y el Mar Muerto, era necesario como zona-colchón frente a los peligros procedentes del desierto oriental. Por eso Roma procuró controlarla ya desde mediados del s. II a. C., primero como reino títere o protectorado, y luego, ya en el año 6 d. C., como provincia Judaea, dependiente de la de Syria. Roma nunca entendió ni supo controlar al grupo mayoritario de la provincia, los judíos, ferozmente independientes, activos y, desde el punto de vista romano, irracionalmente tozudos. Distintos incidentes cristalizaron en el 66 d. C. con una revuelta a gran escala y la destrucción de una legión, que Roma no podía pasar por alto. Flavio Josefo, un líder de la revuelta apresado y pasado al bando romano, es nuestra gran fuente para lo ocurrido. La clave para aplastar a los judíos era tomar Jerusalén, pero para conquistarla fueron necesarias varias campañas previas para aislarla, tomando el general Vespasiano, primero Galilea en varios asedios salvajes, como Gamala, y luego envolviendo la capital. El asedio de Jerusalén se demoró hasta el año 70 d. C., a cargo de Tito, hijo de Vespasiano (envuelto en la lucha por el trono de Roma) y futuro emperador. El asedio es un ejemplo de poliorcética romana y de resistencia judía debilitada por disensiones internas. Cuando la ciudad cayó finalmente, solo quedaban unos focos de resistencia de los que sin duda el más famoso fue un grupo de sicarios en el palacio-fortaleza del rey Herodes en Masada, junto al desierto. Allí los romanos no repararon en medios para demostrar de una vez por todas su poder y su decisión. La desesperada resistencia judía –en realidad una "operación de limpieza" de un foco de resistencia aislado y sin esperanza– se convirtió en todo un símbolo, retomado con la fundación del moderno Estado de Israel. Este mito llevó al gran militar y arqueólogo Yigael Yadin a forzar en exceso los datos arqueológicos para construir sobre el "ejemplo" de Masada el concepto de que "Israel nunca caerá de nuevo". Explore en canal.march.es el archivo completo de Conferencias en la Fundación Juan March: casi 3.000 conferencias, disponibles en audio, impartidas desde 1975.