1946. No es culpa tuya.

Comiendo con María (Nutrición) - Un pódcast de María Merino Fernández

Hoy quiero hablar de un tema que muchas personas gordas enfrentan, pero que a menudo no se aborda desde el respeto y la empatía que merece: cómo nos desconectamos de nuestro cuerpo, cómo terminamos asumiendo que somos los culpables de nuestra apariencia, y qué podemos hacer para reconectar y trabajar esto en consulta.La desconexión del cuerpo es algo que no surge de la nada. Vivimos en una sociedad que valora la delgadez por encima de todo y que constantemente nos bombardea con mensajes de que el peso es responsabilidad individual, como si dependera únicamente de comer menos y moverse más. Este tipo de pensamiento no solo es simplista, sino que también es profundamente dañino.Si estás escuchando esto y te identificas, quiero que sepas algo: no es tu culpa. No es culpa tuya tener el cuerpo que tienes. Hoy quiero ayudarte a entender esto y a ofrecerte herramientas que pueden servir para reconectar con tu cuerpo y cuidarte de una forma más amable.Desconexión corporal en personas gordasCuando hablo de desconexión corporal, me refiero a esa sensación de estar peleado con tu cuerpo. Es ignorar señales tan básicas como el hambre o la saciedad, sentir rechazo al verte al espejo o incluso evitar cualquier contacto con tu propio cuerpo. Esta desconexión no ocurre por casualidad; ocurre porque la sociedad nos enseña a desconfiar de nuestro cuerpo.Por ejemplo, en consulta me encuentro con personas que me dicen: 'Es que no puedo controlar lo que como, mi cuerpo es mi enemigo'. ¿Pero sabes qué pasa realmente? Que han estado años intentando controlar su cuerpo desde la restricción, desde la culpa, desde la idea de que ser delgado es igual a ser valioso.Y aquí entra otro problema: la culpa. Muchas personas gordas asumen que son responsables de su peso, como si no hubiera factores genéticos, hormonales, metabólicos o incluso sociales influyendo. Esto las lleva a desconectarse aún más porque, en lugar de escuchar lo que su cuerpo necesita, intentan castigarlo o ignorarlo.Cómo lidiar con esta desconexiónLo primero que quiero decir es que la reconexión no ocurre de un día para otro. Es un proceso. Pero lo importante es dar el primer paso.Lo primero que podemos hacer es reconocer esta desconexión. Hazte preguntas: ¿Evitas escuchar a tu cuerpo? ¿Sientes que no puedes confiar en lo que te dice? Por ejemplo, hay personas que confunden hambre con ansiedad porque han aprendido a no diferenciar esas señales. Identificar esto ya es un gran avance.Luego, tenemos que empezar a trabajar para desmontar esa narrativa de culpa. Piensa en todas esas veces que te has dicho: 'Es mi culpa por no comer bien', o 'Es mi culpa por no hacer ejercicio'. ¿Qué tal si empiezas a cuestionar esas creencias? Tal vez no es tu culpa, sino el resultado de un entorno que nunca te enseñó a cuidar de tu cuerpo desde el respeto.También quiero hablarte de herramientas prácticas para reconectar:Mindful eating: Esto no es más que aprender a escuchar tu hambre y tu saciedad. Comer despacio, sin distracciones, y preguntarte cómo se siente tu cuerpo mientras comes.Movimiento intuitivo: ¿Qué ejercicio te gusta? ¿Qué movimiento te hace sentir bien? No se trata de quemar calorías, sino de mover tu cuerpo de una forma que disfrutes.Escribir sobre tu cuerpo: Esto puede parecer raro al principio, pero escribir sobre cómo te sientes en tu cuerpo puede ser muy liberador. Te ayuda a identificar patrones y a empezar a entender qué emociones hay detrás de esos pensamientos."Cómo trabajarlo en consultaDesde el punto de vista profesional, creo que lo primero es crear un espacio seguro donde las personas puedan expresarse sin miedo al juicio. En consulta, intento no centrarme en el peso, sino en la salud global. Pregunto: ¿Cómo te sientes en tu día a día? ¿Cómo son tus niveles de energía? ¿Qué te gustaría mejorar en tu relación con la comida o con tu cuerpo?Un ejercicio que hago con mis pacientes es identificar las...