Teresa Gómez: La historia de una niña que soñó con ser pianista

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Creció en el Palacio de Bellas Artes de Medellín -Colombia- en una época de racismo, clasismo y discriminación. En plenos años 40, Teresita Gómez era la hija negra adoptada de los porteros del imponente edificio que albergaba la Escuela de Música de la ciudad. Allí solo estudiaban las niñas blancas de la alta sociedad, que llegaban al Palacio en coches conducidos por chóferes con guantes blancos. En aquel mundo, Teresita creció sabiendo que ella era distinta. Pero ella amaba la música, y a escondidas empezó a tocar pequeñas piezas al piano, que había aprendido de oído. Como en un cuento de hadas, la niña tocaba el piano a solas, por la noche y en secreto, hasta que una maestra la descubrió: “¡La negra está tocando el piano!”, exclamó al verla. Pronto esa misma maestra entendió que estaba ante una niña prodigio y se ofreció a darle clases de piano a escondidas. Poco después, Teresita obtuvo la oportunidad que merecía: estudiar piano con el resto de las niñas. Teresa Gómez ofreció su primer concierto como solista con tan solo 10 años. Así fue la infancia de la que hoy es una de las más grandes pianistas colombianas. Realizó estudios superiores de piano en la Universidad Nacional de Colombia y, posteriormente, se graduó como concertista y maestra de piano ‘Summa Cum Laude’ en la Universidad de Antioquia. En los años 80, fue nombrada agregada cultural de la Embajada de Colombia en la antigua República Democrática Alemana, desde donde divulgó la vida y obra de los más destacados compositores colombianos por toda Europa. Con numerosos premios y reconocimientos, Teresa Gómez ha realizado cientos de giras y certámenes musicales por todo el mundo en representación de Colombia.