Carlos de Hita: "La humanidad ha roto un viejo pacto con la naturaleza”
BBVA Aprendemos juntos 2030 - Un pódcast de BBVA Podcast - Martes
Categorías:
Lleva más de 30 años registrando los sonidos de la naturaleza, y se define a sí mismo como un “paisajista sonoro”. El naturalista y técnico de sonido Carlos de Hita está convencido de que la divulgación por medio del sonido es una “herramienta muy eficaz para transmitir a la sociedad cómo es ese mundo natural, limpio y puro que tenemos que conservar”. Crítico con la situación medioambiental, considera que la humanidad ha roto un viejo pacto con la naturaleza. “Siempre se dice: “Tenemos que cuidar la naturaleza por nuestros hijos”. Bueno, tenemos que cuidar la naturaleza porque no es nuestra. No tenemos derecho a destruirla. El pacto debe ser a favor de las dos partes, no solo de la nuestra”. Y reflexiona: “Si tuviera que justificar mi actividad en la comunicación, no sería solo para explicar lo bonito que es el campo, y la riqueza que hay allí; sino que cuando muestro la belleza de la naturaleza, aspiro a que la gente se vuelva exigente y respetuosa”. El sonido de la naturaleza Es autor del libro ‘Viaje visual y sonoro por los bosques de España’, un proyecto muy especial en el que los bosques se describen a sí mismos a través de un código QR. Además de colaborador habitual en varios medios de comunicación, guionista de documentales y creador de la banda sonora de su vida: ‘El sonido de la naturaleza’, un blog donde publica sonogramas como testimonio de uno de los mayores archivos sonoros de la biodiversidad y fauna española, africana, amazónica e india. Una ventana a esa “atmósfera cristalina”, que nos muestra cómo suena la naturaleza en cada momento del año o el canto de un autillo en su castaño. En la actualidad, De Hita continúa su legado con esa “actitud esperanzadora y contemplativa” que le caracteriza. Esta vez mediante la recopilación de diferentes grabaciones que permitan establecer una comparativa de la evolución acústica de la biodiversidad: “El sonido es un termómetro que refleja lo que sucede en la realidad”, afirma. Y lo hace registrando diariamente la actividad del bosque de Valsaín, donde vive desde hace tiempo alejado de la sociedad mecanizada.