La Fiesta del Tabernáculo

Sucot es la festividad bíblica de las cabañas, celebrada por los judíos. Es una de las tres celebraciones de la peregrinación, donde se viajaba a Jerusalén a hacer un sacrificio. Conmemora los 40 años que los israelitas vagaron por el desierto viviendo en pequeñas cabañas, a las que se conocen como Sucas. Las Sucas son una construcción sencilla que hacen fuera de las casas, donde se come y se duerme casi a la intemperie. Debe tener al menos tres paredes, de cualquier material (madera, cuerda, tela, ladrillo, entre otros), que no sean movidas por el viento y cuyo techo se fabrica  de materiales naturales que no esté fijo sobre las paredes y a través del cual se puedan ver el cielo; el material preferido suelen ser las hojas de palma, pero se puede usar bambú, madera y otro tipo de plantas. La tradición, enseña que se toman cuatro especies entre las manos: Una rama de un sauce, una de un mirto,  una palmera y un etrog, que es una fruta cítrica que se cosecha durante esa fecha; se toman estas cuatro especies entre las manos, se proclaman rezos y bendiciones que incluyen súplicas por las lluvias que bendicen las cosechas, cumpliendo con el mandamiento de “regocijarse con ellas frente a Dios.” Durante las siete noches que dura Sucot se realizan cenas de celebración, recordando cada noche, a los siete de los patriarcas más importantes para el pueblo de Israel: a Abraham, la segunda a Isaac, la tercera a Jacobo, la cuarta a Moisés, la quinta a Aarón, la sexta a José y la última a David. Uno de los libros más estudiados y leídos durante este tiempo, es el Libro del Eclesiastés, que habla del pasar del tiempo y la alegría en los pequeños detalles. Todo un sentimiento que se reafirma, compartiendo en familia, viendo el cielo y dependiendo de Dios. Feliz Sucot.