El “después” de la guerra en Gaza

La oficina del primer Ministro Israelí, publica un documento sobre cómo sería el panorama de la Franja de Gaza, una vez termine la guerra por cualquiera de las vías posibles. Gaza no volverá a ser una amenaza para Israel. Este plan contempla claramente una realidad en la que los gazatíes no controlarían armas; por ninguna de sus fronteras ingresarán provisiones militares. La seguridad estará controlada totalmente por Israel sin límite de tiempo, para impedir que resurja una nueva fuerza terrorista. También tendrá fin el adoctrinamiento y la formación de odio con la que hasta ahora ha acompañado la formación religiosa y educativa de los niños en Gaza. La UNRWA, institución liderada por la Organización de las Naciones Unidas, no acompañará más el trabajo de ayuda social en el Enclave Palestino. Esta se llevaría a cabo por medio de agencias internacionales alejadas de la radicalización y con la capacidad de administrar los recursos sin destinarlos para acciones bélicas.  De forma simultánea, Israel reveló las identidades de 8 de los 12 “trabajadores humanitarios” de la ONU que participaron directamente en la masacre de Hamás: Un consejero escolar, un profesor de matemáticas, un trabajador social, un subdirector, un asistente  de una escuela, un profesor de árabe y personal de asistencia, todos vinculados con la organización, asistieron, y colaboraron logísticamente en las acciones terroristas. Por lo anterior, La organización civil y el orden público en  Gaza se regularían  por intermedio de funcionarios con experiencia administrativa que no tengan vínculos con países o entidades que apoyen el terrorismo y no recibirán apoyo económico de ellos. Frente a esto, los líderes políticos de la Autoridad Nacional Palestina, aseguran que no aceptarán, si la Franja de Gaza no forma parte de un Estado palestino con Jerusalén como capital. Israel responde, que no es el momento para “recompensar” a los palestinos, negando por ahora la posibilidad de la existencia de dos Estados.