El debate en Israel sobre la exención del servicio militar a jóvenes ultraortodoxos

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El servicio militar es un deber de cumplimiento obligatorio en Israel, tanto para hombres como para mujeres. Sin embargo, los jóvenes judíos ultraortodoxos, también llamados “jaredíes” o “temerosos de Dios”, no están obligados a hacerlo, tal como lo indica la Constitución del Estado de 1948. Esta excepción ha creado una fuerte división política en Israel desde hace años, y aún más después de los ataques del 7 de octubre. Desde entonces diferentes sectores volvieron a reclamar una Igualdad real frente a este deber, pues consideran que es de vital importancia que los judíos ultraotodoxos se involucren en todas las esferas de la sociedad, incluso en la defensa militar del país. Según cálculos, al menos 66.000 jóvenes jaredíes dejan de integrarse al ejército por motivos de fe, incorporaciones que beneficiarían el servicio de los reclutas y reservistas activos. Los ultraortodoxos justifican este trato diferencial, no solo porque así lo determina la ley, sino también porque se trata de conservar la ley religiosa y las tradiciones judías propias de la identidad del Estado. Para ellos, la oración y la  dedicación obediente al Talmud es también una forma de defender al país, así como lo hacen los soldados. Por otra parte, abogan para que Israel adopte un sistema de reclutamiento profesional, como existe en varios países occidentales, donde el servicio militar no es obligatorio sino voluntario y especializado. El tema es controversial, pues Israel es un país que constantemente ha tenido que enfrentar situaciones de guerra, un factor altamente diferencial frente a la situación militar de otras naciones. Otras razones por las cuales los judíos religiosos se niegan a participar, tienen que ver con el sistema de formación de las Fuerzas de Defensa de Israel, el cual no es compatible con las  necesidades del servicio religioso; en especial por la falta de comida kosher, el contacto entre hombres y mujeres, el poco tiempo dedicado al estudio de la Torá, y la tradición de guardar obligatoriamente el Shabat. En la práctica son pocos los  jóvenes de la comunidad ultraortodoxa que desean voluntariamente servir en el ejército, a pesar de que se exponen a ser expulsados de sus familias y sus comunidades, perdiendo todo tipo de apoyo. Actualmente la ONG israelí, Netsah Yahouda, aboga por un programa militar para varones que permita combinar los valores y prácticas religiosas con el servicio militar.