El cofre sagrado del pueblo judío

El Arca de la Alianza, Arca del Testimonio o el Arca de Dios es un artefacto que históricamente ha sido conocido por la humanidad, gracias a la tradición religiosa judía. Se trata de un cofre elaborado, según la Torá, de acuerdo a las especificaciones que el mismo Dios le entregó a Moisés. "Pídales que hagan un arca de madera de acacia: dos codos y medio de largo, un codo y medio de ancho, y un codo y medio de altura. Recúbranla con oro puro, tanto por dentro como por fuera, y hagan una moldura de oro a su alrededor" (Éxodo 25: 10-11). También dos querubines debían ser esculpidos en oro y colocados en la tapa del arca la cual es conocida como el propiciatorio. Una vez construida el Arca, fue puesta tras el velo, dentro del tabernáculo, convirtiéndose en un símbolo del pacto de Dios con el pueblo de Israel, sellado con las tablas de la ley, “los mandamientos” esculpidos por la mano de Dios en tablas de piedra, las cuales debían guardarse dentro del Arca. Según la Carta a los hebreos del Nuevo Testamento de la Biblia, también el arca contenía la vara del sacerdote Aarón y una vasija con el maná: el alimento que sustentó al pueblo durante su peregrinar por el desierto. El arca también representó  la presencia de Dios manifestada al pueblo, por lo que se consideró un objeto sagrado que solo podía ser cargado por los levitas y vista por el sumo sacerdote. El arca proporcionaba seguridad al ejército durante sus batallas, y fue parte del milagro, cuando las aguas del río Jordán se abrieron para que el pueblo pudiera pasar rumbo a la tierra prometida. El arca llegó a tierra prometida después de acompañar al pueblo por el desierto, para ser ubicada en la ciudad de Betel y finalmente fue puesta por el Rey David en la ciudad de Jerusalén, hasta que desapareció cuando los babilonios conquistaron en el año 587 a.C. La ubicación del Arca de la Alianza, es desconocida, algunos creen que fue destruida; aunque existen múltiples teorías sobre su destino, otros aun la siguen buscando.