38. Tatuajes

Ante el inconsciente - Un pódcast de Marly Kuenerz y Laureano Perez

En la actualidad asistimos a un renacer del esplendor de los tatuajes, tradición antiquísima que aparentemente se usaba como símbolo de protección y de paso de una enfermedad. Etimológicamente, tattoo es una onomatopeya que asemeja los rítmicos golpes del martillo con el que hacían los tatuajes y que, a través del dolor experimentado en ese momento, hacía pasar a otros estados de consciencia produciendo un efecto iniciático y transformador en la persona. A lo largo de la historia, este proceso ha distinguido a unas tribus de otras y, de hecho, por su orientación tribal, hasta hace pocas décadas el tatuaje era mal considerado por la "avanzada" civilización occidental. Sin embargo, el proceso del tatuaje sigue siendo un rito de paso en si mismo, que en 2021 pareciera hacer de umbral que marca la pertenencia al mundo de hoy, pero con una dimensión adicional: la transmisión de un mensaje personal en particular. La forma elegida es un símbolo en si mismo, y por tanto eso que elegimos poner en nuestra piel, la frontera de nuestro ser corporal, dice mucho del mensaje que queremos expresar al mundo. La variedad es enorme: animales, letras, mantras, memoriales, figuras geométricas, motivos tribales, personajes fantásticos, personas cercanas, dioses… todo el espectro del simbolismo imaginable. De igual forma, tamaño y lugar elegido en el cuerpo nos dice mucho del mensaje y del grado y voluntad de la expresión buscada. En conclusión, los tatuajes cumplen las leyes de toda expresión simbólica más o menos inconsciente. Y por ello podría interpretarse el deseo, añoranza o inquietud tras el como si fuera un sueño. El sueño que interpretamos hoy tiene como protagonista a una versión ambivalente de las aves, encerradas en un espacio humano pero para distintos fines. ¡Gracias y los mejores deseos a Álvaro de Pulso Tattoo Studio en Andújar (Jaén)!