'FT', ahora dilo sin llorar: Occidente, 'ardido' porque su imperialismo se cae, aumenta su chantaje

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El 'Financial Times' avisa que el conflicto en Ucrania tiene repercusiones que trascienden a ese país. Según el medio, mientras la situación en el campo de batalla es adversa, muchos de los vecinos de Rusia sopesan sus opciones. Así, advierte que la crisis actual en Georgia, aunque sus raíces son locales, es un síntoma de esta tendencia más amplia. Europa está grave, y el 'Financial Times' lo sabe En una suerte de catarsis, el periódico no puede evitar mostrar su indignación desde una perspectiva imperialista. Así, explica que el gobierno georgiano aspira a unirse a un club de países que podría denominarse el capítulo euroasiático del Iliberalismo Internacional. Apunta que "este club", como lo denomina, "incluye los estados de Asia central, Azerbaiyán, Turquía, Serbia y Hungría". "Tras haber mantenido una barrera entre Rusia y Occidente desde 2022, sus miembros ahora se inclinan más hacia Moscú. Los líderes de estos países creen en un mundo multipolar, no multilateral. No creen en un orden jurídico internacional ni en el consenso posterior a 1989 sobre el liberalismo y los derechos humanos. Se alinean con Rusia en la guerra cultural global y hablan el lenguaje de los valores familiares, escribe el Financial Times prácticamente que en un mar de llantos. En este contexto, el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Matthew Miller, anunció la imposición de restricciones de visado contra varias docenas de nacionales de Georgia. Esta primera tanda de sanciones de ese tipo contra Georgia está dirigida contra miembros del partido gobernante Sueño Georgiano, parlamentarios, funcionarios de orden público, y ciudadanos particulares. "Esto incluye a personas responsables y familiares directos de responsables o cómplices de socavar la democracia en Georgia, por ejemplo, mediante la violación de las libertades de reunión y asociación pacíficas, ataques violentos contra manifestantes pacíficos, intimidación de representantes de la sociedad civil y divulgación deliberada de desinformaciones bajo la dirección del Gobierno georgiano", declaró Miller en rueda de prensa. Pero, ¿a cuenta de qué viene esa editorial virulenta del Financial Times, o las sanciones de EEUU contra miembros y familiares del partido Sueño Georgiano del primer ministro Irakli Kobajidze? Hay dos respuestas a esta pregunta. La primera respuesta es que esta semana en Georgia entró en vigor la Ley de Transparencia de la Influencia Exterior —luego de que el Parlamento levantase el veto impuesto por la presidenta Salomé Zurabishvili, quien responde a los intereses de EEUU y la UE— conocida popularmente como ley de agentes extranjeros, que obliga a las organizaciones no gubernamentales y medios de información que reciban más del 20% de sus ingresos desde otros países a inscribirse en un registro de entidades que sirven a intereses externos. La ley ha sido criticada por EEUU y la UE, porque sus organizaciones infiltradas en el país quedarían al descubierto. Una ley que, por otra parte, está basada en la ley FARA de EEUU del año 1938. Y la segunda respuesta, es que también esta semana, Sueño Georgiano presentó en el Parlamento un paquete legislativo enfocado en la protección de los valores familiares y de los menores, que, entre otros propósitos, busca prohibir la propaganda LGBT y el matrimonio gay. "Imagínense una campaña electoral, como la que está por venir en Georgia, y que de repente todos los medios que estén con Salomé Zurabishvili, todo el aparataje que le apoya, desde comunicaciones, organizaciones de la sociedad civil —ONGs—, que todas tuvieran la ‘marquita’ de agente extranjero. Esa es la clave de la cuestión", advierte el Dr. Enrique Refoyo, analista internacional.